Ayer pasé el día, en uno de los lugares, que más me llenan de paz interior, salud mental, y felicidad real...
Volví por unas horas, a este, mi pequeño paraiso, el monasterio de Montesión. Tengo por costumbre pasear por sus bellos jardines...
Escucho los pájaros, las lagartijas entre las ojas, observo los habitantes del estanque....pero ayer, fué especial, me sentía tan bien, que incluso un arbol, con sus grandes ramas rebosantes de hojas, que se movian al tacto del aire, me invitó a bailar....y porsupuesto acepté, mi cabello y mi vestido, se dejaban llevar....el viento me susurraba al oido, yo le escuchaba maravillada... cerca de nosotros, una flor morada, imitando al arbol, invitó a su acompañanate, una flor blanca, también a bailar....
Me encanta ver el jardín en distintas épocas del año, es un auténtico placer contemplar, que cada estación, deja lo mejor de sí.....
Cuando camino entre sus árboles, estanques, plantas....sobre todo en ese lugar, me transformo y transporto a un estado de...como diría....en un espacio interior, en el que solo fluyen cosas buenas...donde me invade por completo mi chico, siento su presencia tan cerca, que me estrecemece pensar que se pueda alejar.....
Me gusta que me acompañe el silencio, sí.
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