El otro día lo pasé en el hospital, y eso es algo que siempre me hace pensar, pero mucho. En esta ocasión, fué por la relación que me une, desde siempre, con la persona que operaban, casi a vida o muerte.
Me duele el ALMA, porque me siento culpable de no saber perdonar, siempre lo hice cuando me afectaba a mí directamente, pero cuando están implicados mis seres queridos, soy incapaz, no odio a nadie, solo soy indiferente, y eso es aún peor.
Cada día estoy más convencida, porque la vida así me lo enseñó, que la sangre, no es lo que une a los seres humanos, sus almas y sentimientos. Es increible que el AMOR, que se supone, nos debería unir a todos, sobre todo a los más cercanos, no exista o tal vez no sepa manifestarse, cierto es que los sentimientos no se pueden obligar, pero tengo que reconocer, que es triste, o en mi caso particular, lo es.
No tengo miedo a morir, por eso doy GRACIAS por todo lo que me rodea cada día, porque te puedo ver, hablar, oler, tocar y besar, puedo soñar por la noche, sonreir al ver el sol por la mañana, pasear de camino al trabajo, saludarte si te cruzas en mi camino.....
Hoy más en especial, necesito encontrarme con mi chico, necesito que me hable como ÉL sabe, me achuche para sentirle y me perdone por no ser como quiere que sea.
Lo cierto es que el ALMA sí siente dolor, tal vez sea solo la mía, que es tan pobre y a la que aún le falta mucho por sentir.
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